Por María Celsa Rodríguez
Una vez el Papa Francisco dijo «Son los comunistas los que piensan como los cristianos», esta inclinación a las ideas marxistas le fue contagiada de una ex madre de Plaza de Mayo: Esther Ballestrino, y que cuya biblioteca roja mantuvo escondida durante décadas, hasta 2015 en que visita Paraguay, y se los devolvió a sus hijas.
Ese es el mismo Papa que ahora ha decidido hacer un acuerdo con los comunistas chinos.
En China, hay una larga persecución del Estado, hacia los católicos que le son fieles a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, centrándose especialmente en sus obispos y sacerdotes. Por ello es considerado que se ha vivido un momento histórico ya que el Vaticano cae de rodillas a la dictadura comunista que durante años persigue a los cristianos.
La Iglesia por ello mantuvo intramuros el acuerdo.
Luis Fernando Pérez Bustamante, el periodista católico dijo en su Twitter:
“Por deseo del Pontífice, los católicos que han sido y son hoy perseguidos por la dictadura china van a pasar a tener como obispos a aquellos que la dictadura elija…»
«Los siete obispos son Giuseppe Guo Jincai, Giuseppe Huang Bingzhang, Paolo Lei Shiyin, Giuseppe Liu Xinhong, Giuseppe Ma Yinglin, Giuseppe Yue Fusheng, Vincenzo Zhan Silu y Antonio Tu Shihua, que falleció el 4 de enero de 2017 y que antes de morir había manifestado su deseo de ser reconciliado con la Sede Apostólica».
Pero esto no hubiera sido posible sin la ayuda del cardenal y arzobispo emérito de Washington, Theodore McCarrick, que durante los últimos 20 años fue un nexo entre la Santa Sede y los obispos que fueron designados por el gobierno chino. Buscar un punto de contacto entre Francisco y Xi Jinping, fue importante, en donde la libertad religiosa era un angulo sensible para Roma. McCarrick, es el mismo que fue acusado de abusos sexuales.
El acuerdo incluiría que reconozcan a 7 obispos que fueran consagrados ilícitamente y que están sirviendo a la Asociación Patriótica Católica China y que fueron elegidos por los comunistas chinos.
«La Conferencia Episcopal China, fue fundada clandestinamente por los obispos no reconocidos del régimen (no oficiales) el 21 de noviembre de 1989 en Zhangerse, en la provincia de Shaanxi. Su naturaleza clandestina le impide ser operativa y actuar públicamente. No tiene una sede y sus representantes no son públicamente conocidos. La forman los obispos que no tienen relaciones con el régimen y con el APC. Sus miembros están en plena comunión con la Santa Sede: algunos son conocidos por ser objetos de las vejaciones del régimen», dice Gerolamo Fazzini, en El libro rojo de los mártires chinos: Testimonios y relatos autobiográficos.
El cardenal Zen, culpó directamente a los asesores que rodean al Papa por este acuerdo calificando que es una «sumisión de Roma».
Mientras que el régimen comunista y la Iglesia estuvo mirando hacia otro lado, los que llaman «falsos obispos» que consideran inválidamente ordenados y excomulgados, tuvieron que padecer cárcel, tortura y muerte. Es decir, esto es dejar el rebaño bajo el amparo de los lobos.
Por su parte el Padre Bernardo Cervellera, experto en cristianismo en China ha dicho que: “entre los fieles chinos –parte de aquel ‘santo pueblo fiel de Dios’ que el Papa nos pide escuchar– hay humillación y tristeza porque algunos de estos obispos reconciliados son conocidos por tener amantes e hijos y por ser ‘colaboracionistas’”.
En una entrevista que le fuera hecha al Cardenal Zen, ex arzobispo de Hong Kong, ya había advertido:
«Están entregando toda la administración de la Iglesia a las manos de la llamada “Asociación Patriótica”, que no es más que una marioneta en manos del gobierno. Y entonces es una completa rendición. Es increíble». Dijo que hay obispos que tienen esposas e hijos.
«¿Qué pasará con los 30 obispos en la clandestinidad? Serán llevados a “la jaula”. ¡Eso es terrible!», exclamó el cardenal… En esto: La exigencia de China es que el Vaticano reconozca a esos siete obispos chinos excomulgados que fueron nombrados por el Gobierno sin la aprobación del Papa. Algunos piensan que esto significa un dominio del Vaticano sobre China, sin embargo es una dominación del comunismo sobre la Iglesia.
Si bien Dios escribe derecho sobre líneas torcidas -dice el dicho. Lo cierto es que, -admiten los críticos-, la Iglesia traicionó a sus fieles.
La autora es: Directora de ChacoRealidades; www.chacorealidades.blogspot.com.ar; Analista del Circulo Acton Chile @CirculoActonChile